Aunque se define la globalización como ―un
fenómeno de naturaleza eminentemente política, social y económica, que tiene
sus raíces profundas en el necesario proceso de internacionalización de las
relaciones capitalistas en el mundo contemporáneo,- A partir de este punto de
vista, la relación entre Globalización y Cultura se centra en que ambas se
nutren de las relaciones de interdependencia que se establecen, es decir, tanto
la globalización como la cultura dependen de que se generen procesos de
responsabilidad entre y con los actores, de una u otra manera, sino se
interrelaciona, sino se generan dinámicas de vinculación en los contextos y en
los sistemas o dimensiones en los que el ser humano se desenvuelve, el proceso
se torna rígido, no fluye y perece, así, tanto la cultura como la globalización
requieren ser activos en el proceso.
La Globalización es el liberalismo
económico, social, cultural y tecnológico que, a través del tiempo ha ido
abriendo mercados, servicios y metas para países más pequeños para una conexión
mundial sin límites. Integra voluntaria o involuntariamente a países menos
desarrollados a los marcos establecidos por las potencias mundiales.
Es una nueva estrategia de los países
poderosos que afecta a las culturas y economías de países pequeños.
En el ámbito de la formulación de políticas
culturales, la diversidad cultural es una herramienta que permite establecer un
equilibrio entre las culturas locales y las influencias de la mundialización y
de la comercialización.
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